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La piña ha simbolizado históricamente la hospitalidad, la calidez y la bienvenida. En el siglo XVIII, era una fruta rara y exótica que solía usarse como centro de mesa en reuniones, simbolizando una gran recepción para los invitados. Con el tiempo, este simbolismo se extendió al arte y al diseño, convirtiéndose en un emblema clásico de amabilidad y generosidad. Esta pieza aporta un toque moderno a esa rica historia, ofreciendo una adición significativa y elegante a su colección de joyas.
